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El pasado 22 de mayo de 2017 a las 6 de la mañana, el campesino Rodrigo Guadalupe Huet Gómez, de la comunidad de Cruztón, recibió un tiro en la sien. Llevaba dos horas atrincherado en el cementerio junto con otros compañeros, adonde habían ido para defender el local que, desde hace casi un siglo, ha sido el espacio sagrado donde yacen sus muertos. Desde hace más de un año, un grupo armado del vecino ejido Guadalupe Victoria, que se autodenomina Nuevo Guadalupe Victoria, ha intentado despojarlos a ellos, y a la comunidad vecina de Nueva Libertad, del cementerio y las tierras aledañas, que incluyen algunas pequeñas propiedades.


Cuatro horas duró la balacera, con armas de alto calibre posicionadas estratégicamente en varios puntos, demostrando muy probablemente que el grupo atacante tiene formación militar. Fue en un momento de cierta calma cuando Rodrigo Guadalupe decidió levantarse para observar, y así recibió el impacto de bala.

Sus compañeros entonces llamaron a una ambulancia de Venustiano Carranza, pero ésta fue interceptada en Guadalupe Victoria por un grupo encabezado por el agente municipal Eleuterio Bautista Aguilar, que los campesinos de Cruztón identifican como uno de los líderes del grupo armado. Entonces se pidió otra ambulancia, esta vez de Teopisca, que viajó acompañada por una camioneta de Protección Civil. Ambas, sin embargo, fueron interceptadas a 100 metros de donde estaba Rodrigo Guadalupe por un grupo fuertemente armado, que las forzó a retirarse.